Creo que todos hemos jugado alguna vez a las escondidas. Una persona cuenta,
otra persona se esconde, luego la persona que contó debe buscar a quien está
escondido.
Como hija única, tengo que decir que es un juego que he
aborrecido siempre… pero aquí hay una solución para quienes no tienen con quién
jugar.
Sólo debo advertirte que una vez hayas empezado, deberás
continuar hasta el final… dejarlo a la mitad es muy peligroso para ti y tus
seres queridos. Quienes, por cierto, no deben estar en la casa al momento que
juegues. Se recomienda también dejar todas las puertas sin cerrojo y mantener
un celular contigo todo el tiempo, por si acaso.
Para este ritual vas a necesitar un muñeco de algodón
que tenga brazos y piernas, arroz, una aguja e hilo color rojo, una taza de
agua salada, un cuchillo o cualquier herramienta punzante y un lugar donde
esconderte —en lo posible, una habitación purificada con incienso— que
tenga un televisor en buen estado.
Extrae todo el relleno del muñeco y reemplázalo con arroz;
esto representará los órganos del muñeco y atraerá a los espíritus. Corta
alguna de tus uñas y colócala dentro del muñeco. Ahora cose al muñeco de nuevo
utilizando el hilo, y ata el resto del hilo a su alrededor para representar a
una artería, sellando así al espíritu que invocaste.
Llena una bañera o algún recipiente grande con agua y
pon la taza de agua salada en la habitación donde te esconderás.
Ponle un nombre al muñeco —el que quieras, excepto el tuyo—.
Empecemos a jugar…
A las 3:00 a.m. dile al muñeco tu nombre y «es el primero».
Tú serás el primero en buscar.
Ve al baño y pon el muñeco en la bañera con agua. Apaga
todas las luces de la casa, ve hacia tu escondite y enciende el televisor.
Cierra los ojos, cuenta hasta diez, vuelve al baño y apuñala al muñeco con el
cuchillo. Ahora di, «Tú eres el siguiente», seguido del nombre del muñeco, al
tiempo que lo pones en el piso del baño. En cuanto el muñeco toque el piso
corre hacia tu escondite. Has roto el sello que retenía al espíritu dentro del
muñeco; ahora ese espíritu está enojado, y te busca.
En tu escondite podrás sentir la presencia de lo que sea que
está buscándote mediante el televisor. Éste empezará a comportarse de modo
extraño a medida que «ello» esté más cerca de ti. No te muevas ni hagas ningún
sonido. Si purificaste el ambiente con incienso, el espíritu no entrará.
Cuando te canses, pon en tu boca media taza del agua con sal
—sin tragarla ni escupirla; así te mantendrás protegido de lo que merodea
por tu casa— y, con el resto de la taza en tu mano, sal de la habitación y
comienza a buscar a tu compañero de juegos. De más está decir que no se
encontrará en el baño. Cuando lo encuentres, échale el resto del agua salada y
escupe sobre él la que tienes en tu boca. Grita tres veces «Yo gano». Deja que
el muñeco se seque, quémalo y luego deshazte de él.
No extiendas este ritual por más de dos horas.
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